Explorando lo visible y lo invisible

Descubriendo el poder de la información en fuentes abiertas Una noche salí a caminar. No imaginaba lo que estaba a punto de descubrir. La luna apenas iluminaba los pasajes de la villa, y a cada paso, en medio de la oscuridad, la sensación de estar viendo algo que no debía se hacía más fuerte. Las ventanas abiertas dejaban escapar fragmentos de conversaciones. En algunas casas, las luces de las pantallas iluminaban rostros absortos en sus teléfonos. Una puerta entreabierta revelaba un juego de llaves colgado a pocos metros de la entrada. Y lo más inquietante: en algunas casas, podría haber tocado algo sin que nadie lo notara. ¿Qué tan diferente es esto de lo que hacemos todos los días en internet? Navegamos sin pensar en lo que dejamos expuesto. Publicamos nuestra ubicación, compartimos detalles personales, usamos contraseñas débiles. Dejamos nuestras puertas digitales entreabiertas, confiando en que nadie mirará dentro. Pero alguien siempre está y estará mirando. Esa noche entendí...